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Auberge de jeunesse Sa Vinyeta

Albergue juvenil Sa Vinyeta en Ciutadella (Menorca)

Tercer premio en concurso de ideas (2002)

 

Paisaje: "Es el aspecto que se descubre desde un punto de vista dado "

Proyecto: "Pensamiento de las posibilidades"

 

El proyecto, RAINURE, quiso insertarse en el paisaje inacabado, como un elemento más...

En el paisaje estaban las líneas, también las texturas y una concreta visión de lo material...

Las líneas eran de considerable longitud. Muros, bancales, canaletas y curvas de nivel  daban la medida  de las cosas, de aquello que allí se podía llegar a percibir.

Insertos en las líneas, los elementos de pequeña dimensión: vegetación, tierras y demás accidentes de lo general contribuían a crear un lugar a la escala de él que pasea.

Lo concreto aporta colores contrapuestos, ritmos vibrantes, temperaturas, piedras y maderas, estímulos para la visión.

La intervención pretende contemplar todo esto y para ello se plantea dos objetivos: instalarse en la naturaleza, mirando hacia ella desde la distancia, pero a la vez conteniéndola, aprovechando elementos presentes en el territorio, potenciándolos, y por otro lado dialogar con las preexistencias, trabajando relaciones de proximidad y de distancia, de perspectiva y  de visuales, más que de contigüidad o de consolidación.

Como estrategia, decidimos aliarnos con lo material, eligiendo la piedra y las maderas como elementos de referencia.

De la piedra extraemos el peso, la masa, la permanencia: elementos pesados para amojonar el territorio; estratégicamente dispuestos. Las construcciones son los referentes, son lo que se eleva del suelo y guía nuestros pasos; los muros que marcan el territorio se convierten en trazos inmateriales y abstractos que orientan la visión. Dentro de este grupo se inscriben las preexistencias, la casa, la vaquería, los pequeños pabellones y un volumen de nueva planta, que son las edificaciones que albergarán la parte más pública del programa (recepción, administración, restaurante, cafetería, sala de televisión, sala de reuniones, sala de usos múltiples).

En las maderas quisimos reconocer el carácter lineal, las transparencias, el aspecto cambiante, la posibilidad de hacer explícito el paso del tiempo y la expresión de una cierta fragilidad. Este segundo tipo de construcciones sigue las pautas de la vegetación y del territorio para su colocación; como un elemento más del jardín. Como tal, debían relacionarse con la parte más "viva" del programa, con lo cambiante, las habitaciones, llenas o vacías, lugares de paso para albergar fragmentos de vida...La zona de habitaciones se concreta en dos construcciones ligeras, de marcado carácter horizontal, compuestas por una plataforma ligera de suelo, sensiblemente levantada del plano natural del terreno, y dos planos de techo, dejando entre ellos una fisura para que penetre el sol. Entre estos planos se sitúan los módulos de habitaciones, pensados como unidades "agregables" y divisibles, para alojar de una a ocho personas. Cada módulo de dos camas (o dos literas) tiene enfrentados una ducha y una cabina con un inodoro y una pila, de forma que según vayan aumentando el número de personas por habitación, se  incremente el área de servicios que estas contienen. Cada dos módulos aparece un pequeño " jardín" que captura el paisaje y lo introduce dentro de la construcción, siendo estos a la vez fisuras para mirar a través. La construcción de los bloques se plantea con elementos prefabricados de madera laminada, haciendo explícito la escala de lo pequeño a partir de un modo de construcción por ensamblaje.

Por último el jardín, al que nos aproximamos con un máximo respeto, pero no desde premisas románticas o de rememoración, sino desde consideraciones estrictamente formales y volumétricas. Dos grandes manchas ordenan el territorio: una que aísla de la carretera con vegetación densa y de hoja perenne, y otra que explícita la tensión dominante de la topografía y emboca las vistas hacia el sur compuesta por vegetación más baja, colorida y de hoja caduca. Para definir un ámbito de acceso se respetan e intensifica la plantación de olivos existentes. Frente a la geometría imprecisa de los bosques se trabajan otras zonas con el rigor de los cultivos agrarios (zonas de vid, hierbas aromáticas, frutales, etc.) para de esta forma, entre los dos elementos,  introducir textura, color y escala en el paisaje.

Las zonas de agua, canaletas y piscinas persisten como recuerdo de lo que existió, y como promesa...

Siempre será posible ver en ellos reflejado el azul del cielo.

 

Autores: Clara Elena Mejía Vallejo, Juan Deltell Pastor

Colaboradores: Guillermo Mocholí Ferrándiz, Francisco J. Almela Roda

 

 

Exposición VLC_Arquitectura emergente, Sala exposiciones COACV. (28.01.2004 – 08.04.2004)

VLC_Arquitectura Emergente, ICARO-CTAV, ISBN 84-86828-46-5 (p. 34)

 

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